lunes, 19 de octubre de 2009


he ido a ver "Katyn" de Andrzej Wajda. Una reconstrucción de la masacre de oficiales polacos a manos de los soviéticos con todo el giro de mentiras subsiguiente. Los nazis culpando a los soviéticos y, tras el final de la segunda guerra mundial, los hijos de Stalin culpando a los seguidores de Hitler. Wajda filma con crudeza el tiro en la nuca y mantiene, a lo largo de toda la película, un tono de profunda honestidad aunque se deja llevar también por lo pueril contando pequeñas historias que finalmente no aportan nada como la del jovencito que arranca carteles y se enamora súbitamente de una chica. Da la impresión de que en Cracovia no hubieran existido judíos y el único asunto hubiera sido la lista de Katyn. Tampoco queda nada clara la "razón" (en medio de la sinrazón) por la que los soviéticos perpetraron ese asesinato. Wajda se queda atrapado en una "búsqueda de la verdad" que finalmente solo señala a los asesinos pero indaga nada en la situación. El subrayado de los elementos religiosos, esto es, del rosario o las plegarias antes de los crímenes dejan un tono de catequesis que empaña un poco un film realmente intenso.

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